


No es un espectáculo. No es un ritual. Es una profanación auditiva, un cataclismo de twangs oxidados y riffs que apuñalan como navajas de bolsillo en un saloon olvidado. **The Booty Hunters** no tocan instrumentos; los retuercen en un vaivén de cuerdas que sangran y tambores que retumban como el galope de un rebaño de demonios con botas vaqueras.
Sus canciones no tienen melodías, armonías ni redención. Son una amalgama de lamentos de honky-tonk emulsionados con la rabia punk de motines de saloon, licuados en un licor de moonshine filtrado a través de gargantas ahumadas, y finalmente unidos en un obelisco de sonido impío que hace que las paredes del local tiemblen como si el diablo mismo estuviera bailando un two-step en el infierno. Dios no tuvo ninguna mano en la creación de esta herejía sonora. El hecho de que este monolito de country punk exista demuestra que Dios es impotente para silenciar el caos o ignorante de los horrores que retumban en sus reinos polvorientos. Este prisma de banjo y distorsión es más que un concierto. Es una declaración física del desprecio de la humanidad por el silencio natural.
Organizado por Red Pig Recordings.
Menores de 16 años acompañados de padre/madre/tutor legal (consulta la política de acceso de menores en www.sala-apolo.com).
07:00 PM- 09:45 PM